A los 28, se convierte en hijo de Dios. Al menos eso es lo que él parece. Un ataque frontal al observador. Se pinta a sí mismo en una pose que en su época sólo está reservada a Cristo y a los reyes. ¿Casualidad? ¿Blasfemia? ¿Qué es una provocación? No cabe duda. La liebre lo hizo mundialmente famoso. Y las dos manos. Las líneas negras simples de estos dos cuadros justificaron su fama. Durante décadas, tuvimos retratos de Durero en nuestras manos. A Durero le habría encantado.
Exactamente eso era su objetivo. Distribuir entre la gente miles de copias de sus cuadros. Nuremberg. Museo Nacional Germano. La... Fue precisamente aquí donde se comenzó a reestudiar la obra temprana para poder comprender mejor la evolución y la capacidad de Durero. ¿Qué tenía este Alberto Durero que no tenía en los demás? ¿Y qué le pasaba por la cabeza? A este artista, que hasta se mostró desnudo, que se pintó tantas veces a sí mismo como ningún otro.
Y con toda seguridad era un tipo especial. Que intrigaba porque se confundía con el resto. Al que a él le gustaba llamar la atención. Que tenía barba, cuando los demás no tenían. Que se arreglaba bastante cosas por el estilo. Pero a pesar de todo eso, no era del todo marginal. Porque él quería ser parte. Y era un gran autorretratista. Tanto en lo pequeño, en la escena privada, como en lo grande, en autorretratos.
Y para él, era importantísimo ser conocido. Sí fue conocido. Ya en vida se consideraba a Durero el artista más importante de la región de habla alemana. Ya han pasado más de 500 años. Y sigue llegando hasta hoy. Sí fue conocido. Ya en vida se consideraba a Durero el artista más importante de la región de habla alemana. Ya han pasado más de 500 años. Y sigue llegando hasta hoy. El pintor comienza a dibujarse a sí mismo de niño.
Este es el primer autorretrato de niño que se conoce en el mundo. ¿De dónde le viene esta seguridad en sí mismo? Aquí, en el Barrio del Castillo, debería buscarse la respuesta. Sostiene Thomas Hazard. Nuremberg era en aquel momento una de las ciudades comerciales más importantes de Europa. ¿En qué mundo vivía el niño Alberto Durero? Fue bautizado en esta pila en el año 1471, en San Sebaldo. Durero diseñó más tarde el vitró para una ventana de la iglesia.
La única obra de Durero que se encuentra aún hoy en su sitio original. Su padre era orfebre. Había nacido en la localidad de Túr, en Hungría. Más tarde se trasladó a Nuremberg, donde lo llamaban el Tudor, que en alemán significa el de la localidad de Túr. Y así se convierte en Durero, Durero en español. De inmigrante a artista de la corte, esa es la carrera del padre, que debió haber sido seguramente ejemplar para el joven Durero.
Hazard lleva adelante una investigación denominada de constelaciones. Investiga la influencia que pudo haber tenido el vecindario en el joven. Es sorprendente ver lo interesado que estaba el vecindario en adquirir y difundir conocimientos. Es un vecindario muy afín a los libros. Anton Coverger era el dueño de una imprenta grande. Allí nace la Crónica del Mundo, de Sheffield, concebida en la calle del castillo, en su vecindario.
Su objetivo era poner entre dos tapas de libros todos los conocimientos sobre el mundo. La Crónica del Mundo de Sheffield contiene casi dos mil ilustraciones en silografía. Durero acaba de inventar la imprenta para libros e ilustraciones. La silografía ya es grabada en cobre. El padrino de Durero, el impresor, Coverger, imprime la obra faraónica, y Durero ve con sus propios ojos todo lo que está sucediendo en el barrio del castillo.
Durero, cuando aún era aprendiz, tuvo la oportunidad de aprender de proyectos de impresión de libros, como la Crónica del Mundo de Sheffield, que el texto y la ilustración son importantes, y que los nuevos lectores de libros tenían tanto interés por la ilustración como por el texto. Ningún otro artista producirá más adelante tantas ilustraciones en serie, ni las distribuirá por miles en toda Europa. La investigación sobre Durero siempre es un trabajo pionero.
Para algunos, no muchos, el Museo Nacional Germano identificó un retrato de su madre como obra suya. Bárbara Durero tuvo 18 hijos. Solo Alberto y dos hermanos marones sobrevivirán. Es su primer cuadro, y uno de los más enigmáticos, ya que Durero siempre esconde secretos. La cámara de reflectografías infrarrojas permitió descubrir hace poco algo curioso. En la parte trasera del cuadro, hay un dragón. Y si a este dragón que viene volando desde atrás de un espolón,
y pasa por unas palaznitas, y toda la escenografía, tiene algo de apocalíptico, que difícilmente podemos interpretar. Y uno debe tener siempre presente que esta es la parte de atrás del cuadro de su madre. Freud se arreglaría con estas cosas. Nosotros, como estudiadores del arte, somos algo más cautelosos, y no conseguimos sacar cabos para sacar una conclusión definitiva. Mucho de lo que sabemos de Durero, lo sabemos por él mismo.
Dejó cartas personales. Algunas se conservan en la biblioteca municipal de Nuremberg. Durero las ilustró de forma rara. Además, redactó, entre otras cosas, escritos teóricos sobre el arte. Un diario de viaje. Una crónica familiar. En esta crónica, escribe sobre su época de aprendiz. Y como ya había cumplido con mis servicios, mi padre me despachó. Durero, entre tanto, ha entrado en el taller de Michael Voldemort.
Ahora quiere ser pintor y grafista. Durante cuatro años, va de un lado a otro como aprendiz. Camino a Estrasburgo. Vuelve a pintarse a sí mismo. En una inscripción, Durero comenta este periodo. El de Arriba dicta mi destino. ¿A quién se refiere? ¿A Dios? ¿O a su padre desde su casa en Nuremberg? Pues el padre ya ha escogido una novia para él. Durero se casa. Mi Agnes. Un dibujo con pluma de su joven mujer.
En aquella época, Durero tiene pocos pedidos. 1495. Tristo como varón de dolores. Estudia de la imagen que ve de sí mismo en el espejo. Ahora comienza a experimentar con grabado en cobre. Y hace algo que para la época es extraordinariamente inusual. Firma sus grabados. La Sagrada Familia, con la libélula, lleva por primera vez las iniciales A-D. En casa no aguanta mucho. Deja plantada a su Agnes. Al menos por un tiempo. Su destino, el otro lado de los Alpes.
La Suiza francófona. ¿Qué lo atrae aquí? No hay ninguna cita de Durero al respecto. ¿Qué buscaba en la Suiza francesa? ¿Cómo es la vida allí? ¿Cómo es la vida en la Suiza francófona? ¿O sea, dónde hay fronteras? ¿Cómo son estas fronteras? Pero a la vez hay también un auténtico documento. Todos los humanistas no estudiaron todavía en Bergam. En tantos otros lugares, a Dios, ¿dónde? Todos estos sitios estaban en la Suiza francesa.
Los clientes de Durero se encontraban en Venecia. Y como se va con todo el mundo, tenían negocios en Italia. Y me imagino que era una cuestión de prestigio para la gente de la calle del Castillo participar en este centro. Y un joven artista ambicioso como Durero también se habrá planteado estas exigencias. Durero sigue las huellas del camino de peregrinación que está en el Trentino. Pero qué ruta toma es hasta hoy una incógnita.
Con toda seguridad estuvo en el Valle de Sembra, en el Castillo de Segonzano. Aquí, la vida de este joven Montañas italianas, escribe sobre la hoja. Sus motivos flotan prácticamente sobre el papel. Los márgenes no están trabajados. Los bordes quedan casi difusos. ¿Fue esta luz del Valle de Sembra lo que ha influido en él? Aquí, queda olvidada la convención del medioevo tardío según la cual había que rellenar cada ángulo de la superficie
de un yenso. ¿Quería reproducir la naturaleza como mera sensación? Las acuarelas de Durero son las primeras en su tipo y suponen una innovación vanguardista en el arte europeo. Aún años después, el viaje por las montañas sigue reflejándose en las pinturas de Durero. El llanto sobre Cristo muerto. Este cuadro puede verse hoy en la antigua pinacoteca de Miamich. Aquí también, se exhibe su autorretrato con traje de piel.
Cuando no hace mucho se lo examinó con rayos X. Algo sorprendente salió a la luz. Un dibujo oculto con detalles minuciosos. Como él desde el principio, tenía previsto pintar un autorretrato como nunca antes otro artista lo había hecho, y mucho menos un artista al norte de los Andes. El dibujo oculto lo había diseñado con esmero. Y lo interesante del dibujo oculto es que en el fondo es más parecido al Durero real, mucho más parecido que la pintura.
Y cuando uno parte del hecho de que el dibujo oculto realmente surgió frente al espejo, que él después no necesitó más imágenes reflejadas en el espejo cuando empezó a pintar, sino que pudo concretar la pintura porque ya tenía prácticamente la imagen antes. Solo necesitó darle un marco de color, y creo que eso encontramos también en esta inscripción, que resulta tan enigmática, que se encuentra escrita a la derecha junto a su cabeza.
Al respecto, él dice, yo, Alberto Durero de Nuremberg, me pinté a mí mismo con mis propios colores, a mí mismo en colores. Ese es el punto determinante. Es un manifiesto del pintor Alberto Durero. Pintarse a sí mismo, el hombre, un individuo creativo. Eso era lo nuevo. Italia era el país donde nacía este movimiento, el Renacimiento. Durero llega a Venecia alrededor de 1496, directamente sobre el Canal Grande,
queda el Fondaco di Tedeschi, la bolsa de mercancías, donde alemanes, sobre todo comerciantes de Nuremberg, realizaban sus transacciones. Con verdadera dedicación, Durero estudia las pinturas de su colega Andrea Mantegna. Son pinturas que dan vida a belleza de la antigüedad, y las copia exactamente. Probablemente, también estudia la perspectiva que había encontrado acogida en la pintura de la Italia de 1420,
y dibuja mujeres. Compara la mujer de Nuremberg con la veneciana. Los cuatro que pintará de ahora en adelante hablan una nueva lengua. Busca la belleza. Su ejemplo es la antigüedad que se redescubre en Italia. Y demuestra tener valentía. También con la técnica que se utiliza en la gráfica de la impresión, diseña una Venus como si fuera una escultura de la antigüedad, siguiendo el estilo renacentista. Son los primeros desnudos alemanes.
El artista mismo los llama, la figura desnuda. Golf Holman, es escritor. Para su libro Durero, es reductor. Ha estudiado cientos de grabados en cobre de Durero, y ha descubierto en los detalles cómo, después de su viaje por Italia, trataba de superar la tradición pictórica medieval. Cuando hace mujeres desnudas, que en realidad el pintor normalmente las debía ocultar bajo la forma de mujeres piadosas, o brujas, o bajo otras formas.
Él a veces las hace especialmente en un grabado. Las presenta sencillamente desde diferentes perspectivas. Y entonces, deja la hoja entre sus pies, un hueso, que se puede decir, no, claro, son brujas las que él ha dibujado. Pero en realidad no lo son. Él está totalmente encaminado, al igual que sus amigos italianos, que ya no recubrían grandes cosas para ocultar, y simplemente hacían lo que ellos proponían.
Detrás del árbol, se esconde un esqueleto. Una especie de viejo motivo gótico cristiano. Y el esqueleto, se esconde de manera tan tónica, y su cabeza tiene una postura tan entecata, que lo primero que pensé fue, ah, Durero, en realidad, se está burlando de todo el motivo. Con toda seguridad, Durero era una persona de mucho humor. De las cartas que escribe desde Venecia, surge que le agradan sobre todo las bromas ordinarias de hombres.
En una carta dirigida a su amigo, el erudito de Nuremberg, Bill Valterheimer, hace un comentario sobre su mujer, Agnes. Si el amigo quiere traerlo a su casa bajo la amenaza de dormir con ella, que solo sea para acostarse con ella, para que ella le entregue el espíritu en ese acto. Cuando regresa de Nuremberg, vuelve a pintarse a sí mismo. Boca a carmesí. Mirada de sabiduría. Estampa a la moda. Guantes. Ya no es un artesano.
Es un señor como los pintores de Italia. Un artista. En el fondo del cuadro, se ven los Alpes. Aquel paisaje que él había recorrido. ¿Quiere contar su proceso de emancipación? No es solamente eso lo que él quiere. En la tradición artesanal, existe una muestra. La pieza de prueba, con la que un artista expone lo que sabe hacer. Durero llega a Nuremberg. El hábito del retrato aún no se ha instalado del todo.
Busca el nicho ideal para este segmento y pinta retratos absolutamente perfectos con los que muestra esto es lo que sé. Que un artista se atrevía de esta forma. Como un retrato del prado, haciéndose por las calles. No lo puedo imaginar por más que quiera. Pero si observo a Rembrandt, que en la época de Amsterdam, aún sigue pintando burgueses, cuando se autorretrata, lo sigue haciendo como burgueses. Entonces este es un modelo al que podemos aplicar a Durero.
Explica por qué se pinta cabellado con un traje patricio. En este traje se hacen pintar los patricios y entonces se observa justamente esto. Yo puedo hacer esto perfectamente, los hielos y las hebras del traje. Si me pides un trato, yo te lo puedo hacer. A partir de ese momento, emprende una ofensiva con lo que él puede y está en condiciones de hacer por todos los medios. Duero muestra de forma ejemplar que es capaz de reproducir el cuerpo humano.
Los bustos, las cabezas, el perfil de tres cuartos, el perfil completo, de frente. Y por último, quizás es también una manifestación de su capacidad de representar, de modelar el desnudo masculino en esta técnica difícil de la silografía, lo que es la intención fundamental de esta hoja de gran tamaño. Además, Duero es un gran dramaturgo. El libro del apocalipsis. El tema estaba presente. El fin del mundo se anunciaba para el año 1500.
El San Miguel de Duero es de una seriedad pasmosa. Toma la lanza con ambas manos y la clava en las fauces del monstruo. Por todas partes luchan ejércitos celestiales contra dragones diabólicos. Sin reacción para un público masivo. Más adelante, Duero escribirá que el arte tiene que ser violento. Los jinetes del apocalipsis. Nunca antes se había representado el movimiento con tanta verosimilitud como en esta silografía.
La muerte se adelanta cabalgando. Duero costea los gastos de la publicación del libro que contiene 15 silografías. No lo hace por encargo. Las ilustraciones son de un tamaño inusual. No se ajustan al texto, como era habitual hasta entonces. Estas silografías dejan de ser ilustraciones. Pasan a ser obras de arte propiamente dichas. El apocalipsis causa sensación en Nuremberg. Y Duero reconoce que se ha independizado de los clientes gracias a la impresión en serie de tales ilustraciones
y puede actuar en un mercado libre. Produce con rapidez. Ofrece excentricidades. Solo se conservan unos cuantos ejemplares de esta publicación. Muestran la precisión increíble de cada uno de los pormenores que ha grabado en ellas. Pequeños mundos, concebidos hasta el último detalle. Hoy son una bendición para la cría de cerdos. La precisión de Duero para representar el cerdo doméstico medieval fue el motivo de inspiración de hace unos años para recuperar la cría del cerdo
tal como era por el año 1500. Una mezcla de cerdo doméstico y jabalí, que no se le parece demasiado al original. Pero ahora lleva un nombre distinguido. A Duero le habría agradado probablemente. Se habría asegurado inmediatamente los derechos de autor. Pues parece que en ese momento ha dejado de esperar que el de arriba dicte su destino. Lo toma en sus manos. Ahora aparecen las iniciales HD en todas partes.
El cuadro se convierte en un artículo de marca. Y él, en autor. Corre el año 1500. El año para el que se presagia el fin del mundo. Alberto tiene 29 años y está muy ocupado consigo mismo. En poco tiempo surgen dos libros. Uno de ellos es el libro de Duero. El otro es el libro de Nuremberg. El otro es el libro de Nuremberg. Este seguramente no estaba destinado al público en general. Así. Nadie se había pintado hasta ese momento.
Así tampoco. De frente. ¿Pretendrían lograr un parecido con Cristo? No podemos descartarlo porque no estábamos aquí en ese momento. Y Duero, lamentablemente hay que decirlo, jamás se expresó sobre este autorretrato suyo. Solo vemos lo que vemos y lo que ha pintado es lo que podemos interpretar. En este sentido, hay un cierto margen para diferentes opiniones. Pero me puedo imaginar que no tenían en mente desde un principio el esquema de los hijos del Salvador.
Del Salvador que prodiga bendiciones. Cuando un niño se muere. Cuando un niño se muere. Cuando un niño se muere. Cuando un niño se muere. Cuando un niño se muere. El esquema de los hijos del Salvador. Del Salvador que prodiga bendiciones. Cuando comenzó su autorretrato. Quería representarse a sí mismo. Cuando investigamos un poco, nos preguntamos, ¿dónde hay retratos de frente? No sabía las esculturas de la antigüedad y ya las conocía con toda seguridad.
Aquí tenemos esta. También esta otra de un estrato. Es la media figura de personas que están representadas y que nos miran totalmente de frente a nosotros, los observadores. Es posible que estemos, en efecto, ante una competencia totalmente consciente con los escultores. Así entendemos esta inscripción en la que él resalta su existencia como pintor. Él es sin duda alguna uno de los pintores y grafistas más famosos de ese momento.
Su fama hizo que hoy haya muy pocos trabajos de él en Nuremberg. Viena es el bastión actual de Durero. Habría sido propio de él ser también escultor. Un huomo universal. Polipacético como sus colegas Miguel Ángel o Leonardo. Más tarde, sería igualmente venerado. En Viena se conserva un lechón de su cabello que le cortaron después de muerto. Porque Durero, al final de su vida, era una estrella. Del que se dice que sufrió también temores.
Y que él dejó documentados en una pequeña acuaila. Pero nunca se exhibió públicamente. Rastreo en el Depósito del Museo de Historia del Arte. Aquí está la visión en sueños. A Durero se le representa un rostro en medio de un diluvio universal. En la mitad inferior, describe exhaustivamente el horror y su miedo ante las masas de agua. Arriba, él las pinta. Cuando desperté, todo mi cuerpo temblaba. En las oficinas de Klaus-Albert Schröder, director de la Albertina de Viena,
Durero yace en el Depósito de Alta Seguridad al que sólo tiene acceso un robot. Los valiosísimos cuadros se encuentran en una cámara blindada aparte. Los cuadros, que son sensibles a la luz y que están guardados aquí, no se exhiben casi nunca. Uno de ellos es la de la liebre, pintado en 1502. Lo que mucha gente olvida, y eso llama la atención en el acto cuando uno compara las copias que se utilizan inmediatamente después de esta obra con el original,
es que pareciera que esta obra se ha creado en condiciones de laboratorio. No hay un medio ambiente, no hay una pradera, no hay un bosque. Allí no hay otros animales. Sino que es como si hubiera querido representar en el laboratorio el animal como tal, la esencia de la liebre como tal. Le pintó a la liebre un reflejo de luz en la copila. ¿Es una ventana? Muchas veces, Durero hacía reflejar en las copilas de sus retratos una ventana luminosa.
Algo que también hizo en su autorretrato más conocido. El ojo es una ventana al alma. Al alma del ser humano. A la del animal. Es un topos antiguo. Un senso literal que va transmitiéndose, y que él utiliza tanto en el autorretrato como en la liebre. Solo que lo sorprendente es que entre el más elevado, el hombre que ha sido creado a imágenes semejantes a Dios, y el más insignificante, el animal más sencillo,
no hay diferencia en este aspecto, y a ambos se les atribuye un alma que está en la naturaleza de Dios. ¿Veneración por la vida? A Durero lo que le importaba ante todo era la perfección. Una vez escribió, en efecto, el arte está verdaderamente en la naturaleza. Quien pueda arrancarla de aquí, la tendrá. Durero la arrancó. Depuesta en el museo de Nuremberg. Y nos encontramos aquí, ante el altar de los Agustinos,
que se construyó en Nuremberg, en 1487. Es decir, justamente en el momento en que Durero entraba en el candiado de Voldemort. Es muy probable o casi seguro que Durero haya visto esta obra. Y nosotros vemos aquí, entre otras cosas, una enorme cantidad de representaciones de plantas. El vidrio clásico, pero también algunos insectos. Estas plantas de fresas, hacianos, Le sigue la pista a los ideales. Durero busca la perfección
de las proporciones humanas. Este grabado en cobre, muestra cómo se desmarca entre tanto su calidad de lo que hasta el momento era lo máximo. Ni su maestro Voldemort había mostrado a Adán y Eva así en la crónica mundial de Shudder. Entre ambos cuatro, sabía apenas 11 años. Pero las diferencias son abismales. En el año 1506, a Durero le urge volver a Venecia. Italia ya lo había cambiado una vez. Pasan meses alojado en el barrio del Rialto
con vista a la iglesia de San Bartolomeo, para la cual le han solicitado que pinte un retablo. En el puente del Rialto, observa a hombres jóvenes. Le escribe a su amigo Perlheimer y le dice que seguramente a él le agrada bien. Antes de viajar, hizo un dibujo con lápiz de plata para Perlheimer. El comentario que contiene el cuadro en griego antiguo prácticamente ya no puede leerse, pero sin duda alguna lo hizo con el mismo lápiz.
Texto. Con el rabo masculino en el trasero. No le adjudiquemos una orientación sexual concreta a ninguno de los dos. Es decir que como historiador debo negarme a sacar la última conclusión de si ambos eran heterosexuales u homosexuales. Es interesante constatar que la sexualidad es un tema en comunicación entre ellos. Eso es lo interesante en sí. No son de ninguna manera un tabú como nos imaginamos en una sociedad católica medieval
obediente. En el caso de Perlheimer, seguramente es un tema que aborda ya que él habla de esto en griego críptico. Es decir que permite que solo los iniciados, por decirlo así, puedan leer esta inscripción en el dibujo. Durero es más bien, diría yo, el orador de la tertulia. Durero no sabía griego, no sabía escribir griego. En realidad el único que puede haber escrito eso es Perlheimer. Entonces bien, uno es el literato ilustrado
que escribe en griego algo en la pintura. Quizás no lo sabía y todos se le habrían reído por esta ignorancia que debía soportar por ser artesano. No tiene en su vida privada el reconocimiento que está buscando. Quiere ser un artista y no un artesano. Quizás por eso escribe una carta sobre Venecia. Aquí, soy un señor. En casa, un parásito. Una visión sobre sí mismo fundista. Desde entonces cuando conoce a Giovanni Bellini,
el gran maestro de la pintura veneciana. Durero estudia minuciosamente los cuadros de Bellini. De él, aprende el colorido y la composición. Bellini y Durero, la fiesta del rosario. Esto lo he pintado yo, con la excepción en el papel con el que Durero se presentaba seguro de sí mismo en el fondo del cuadro. Sigue pintando. La joven veneciana. La niña del billete de los cinco marcos. Entre los italianos, Durero tiene buena acogida ahora.
Desde ese momento se lo suele ver en el Palacio Educal. Se le hace una oferta extraordinaria. Un contrato para ser el pintor de la ciudad. Pero Durero rechaza la oferta. Regresa a Nuremberg, donde es recibido con todos los honores. Quizás porque él se ha hecho famoso en Italia y en su ciudad su ausencia se ha hecho notar. Compra una casa en el Gran Consejo de la ciudad. Ahora, publica sus ilustraciones en su propia imprenta.
La gente distribuye sus obras gráficas impresas desde aquí hacia toda Europa. A la vez, acepta grandes pedidos como el altar de Gélder, del que sólo se conservan estudios preliminares. Aumentando el blanco opaco de sus dibujos logra una plasticidad sorprendente. ¿Hiciste el secreto también de las manos que oran? ¿Por qué justamente estas manos se hicieron tan famosas? Estos estudios no sólo han mostrado estas manos, sino también
cómo puedo mostrar en una copia y con la hoja al lado. La hoja se encontraba en un lugar oculto. ¿A que disfrute de la condición de ícono? No conocemos en realidad el motivo de la visión, pero tenemos una idea. La albertina ha sufrido una única gran pérdida dolorosa en toda su larga historia. Fue justamente el primer director de la albertina, François Lefebvre, un francés, que en los primeros años del siglo XIX se apropió de 300 folios
y probablemente quiso ocultar este robo, este desfalco, aumentando la cantidad de las obras de duero que estaban en la colección del duque Alberto y entonces cortó las grandes hojas dobles por la mitad. Creo que hay 2.800 estados Ofer es algo llamativo del tatuaje, es que este tatuador es uno de los pocos que utiliza el blanco que utilizaba también Durero en sus bocetos originales, cuando pintaba estos bocetos sobre un fondo azul,
de manera que se destacaban los sombreados grisáceos oscuros y sobre todo también los blancos del azul. Y este tatuador ha representado correspondientemente también con pintura blanca para tatuajes, lo que de lo contrario raras veces se encuentra en las manos que oran. Es decir que por eso yo partiría del supuesto de que este tatuador de Durero ha llegado ahora a la cima. A partir de 1512, Maximiliano I, emperador del sacro
imperio romano-gerománico, es el mejor cliente de Durero. En una ocasión dibujó al emperador así, con la mirada perdida, el soberano como apartado, un meditabundo. Eso no lo había hecho nadie hasta entonces. ¿Por qué lo hizo Durero? Es importante entender que en la época de Durero el emperador Maximiliano se consideraba el meditabundo o justamente el melancólico, la melancolía, una característica típica de un intelectual.
Se consideraba la melancolía justamente la expresión Y creo que lo mismo sucede también con Durero, porque de todos modos su famoso grabado de la melancolía se considera probablemente un autógrafo del artista. La melancolía como muestra del máximo poder creativo. En Durero es un ángel en meditación contemplativa. La melancolía I es uno de los grabados que se consideran sus obras maestras. Durero es ahora un hombre de unos 45 años, y se dibuja de sí mismo por última vez.
Sobre este cuadro escribía que le duele donde está la mancha amarilla, el vaso. Se consideraba el vaso el centro de la melancolía. ¿Se trataba también en este caso de melancolía por temor, o ya estaba enfermo? Será su secreto como se sentía él en aquel entonces cuando emprende otro viaje. Esta vez, a los Países Bajos. Allí expandirá sus contactos. El norte de Europa se encuentra ahora en un punto de inflexión entre la Edad Media y el Renacimiento.
Se ha descubierto América, y el hombre se ha descubierto a sí mismo. Martin Luthero ha generado una deflagración en toda Alemania, y Durero se entusiasma por el reformador. Por iniciativa propia, y sin que un cliente se lo encargue, pintará en 1525 el cuadro donde se confiesa en favor de Lutero. Los Cuatro Apóstoles. Con la inscripción, invita a los soberanos del mundo a no seguir a falsos profetas, y cita pasajes de la Nueva Biblia de Lutero.
Un cuadro como manifiesto de la Edad Moderna. Este valor de enfrentar abiertamente todo lo nuevo, y reaccionar con rapidez, esa ha sido la receta del éxito de Durero durante toda su vida. En estas obras de Durero, notamos muy a menudo la fuerza de la primera vez. El primer bombo de flores, la primera naturaleza muerta de animales, el primer autorretrato. Ver algo por primera vez, descubrir algo, y decir, y encontrar.
Para ello se necesita una fuerza increíble. Cuando Dalí dijo, el primer hombre que le dijo a una mujer, tu piel cual pinpollo de rosa, fue un genio. El segundo fue un idiota. Supo reconocer también la genialidad de Durero. Y Durero es más aún. Un genio que también quiere transmitir sus conocimientos. Es el primer alemán que le da al arte un fundamento teórico. Redacta instrucciones para dibujar. Trabaja en un manual de pintura, y en una teoría de las proporciones.
No vivirá para cuando estén publicados. En 1528 se enferma terapeuticamente. En apenas unos días, muere Ennio Lemberga a la edad de 57 años. No se sabe qué enfermedad lo arrancó de la vida. ¿Por qué él y Agnes no tuvieron hijos tampoco? La familia Durero se extinguió poco después de la muerte de Alberto. Lo que había de mortal en Alberto Durero, descansa bajo esta colina. Es lo que su viejo amigo, Berthe Heimer, mandó inscribir en la lápida.
Durero mismo decidió lo que sería inmortal, durante su vida, y después de su muerte. Él mismo es quien anima a sus amigos artistas a realizar un retrato de cada edad. Aparecerá en medallas recordatorias. Una variante de aquel autorretrato desde que él nos mirara fijamente a los ojos. Desde hace más de 500 años. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org